El sábado que falleció
su papá, Alejandro Sabella fue al velorio y volvió; ese día Estudiantes se
entrenaba. Era la previa del clásico con Gimnasia, que su equipo ganó 3 a 0.
Cuando llegó el momento de la charla técnica, repasó conceptos tácticos con los
jugadores y, después, los arengó, como hace habitualmente. Todos sabían lo que
había pasado, pero de él no salió una palabra. Mientras los jugadores iban
rumbo a la cancha, Sabella se apartó y no aguantó; ahí, solo, se permitió
llorar como un nene.
El “elegido” como
entrenador de la Selección argentina no tiene cartelito de “vende humo”. Sus
jugadores lo reconocen como alguien que sabe convencer por trabajo y manera de
ser, aunque sin golpes bajos. Aquel 29 de agosto de 2009, a los futbolistas de
Estudiantes les sorprendió cómo se manejó emocionalemente; ninguno de ellos le
vio caer una lágrima, pero valoraron, principalemente, su respeto por el
trabajo. Por eso, cada vez que hacían un gol, iban todos a dedicárselo.
Sabella, el que en la semana desembarcará en Ezeiza, no dice mucho. Le gusta hacer
todo para que hablen de él.
Piensa, luego existe. Al
DT lo obsesiona el nombre de un obsesivo. Marcelo Bielsa es su referente, el
hombre que admira; sin embargo, nunca habló con el ahora entrenador del
Athletic Bilbao. Hace un año y medio le contó a El Gráfico qué es lo que lo
invita a ser bielsista: “Es por lo que veo de sus equipos, por las horas que le
dedica al trabajo y porque es una persona medida, respetuosa y responsable, me
parece el mejor”, puntualiza.
Sabella es meticuloso al
extremo que, según uno de sus ayudantes, Claudio Gugnali, habla constantemente
con el futbolista, aunque hay dos cosas que no negocia: “El horario del
entrenamiento y el azar”. Su mensaje, siempre, es achicar el margen de la
suerte. El que “nunca se relaja” (lo define Rodrigo Braña) profesa con el
ejemplo: “En Estudiantes no dejó de ir ni un día a las prácticas, por más que
todos los titulares tuvieran libre; él iba por los cinco o seis jugadores que
no habían jugado, más los juveniles. Eso es respetar imponiendo respeto”. Su
entorno coincide. Sabella primero apunta a la parte humana; después, a la
futbolística: darle fundamento al jugador.
Su carrera se inició de
golpe, aunque no por eso dejó de meditar el tema. Después de cortar la
conversación telefónica con Juan Ramón Verón, Sabella no dio una respuesta
autómatica. Hasta entonces, el que será el entrenador de la Selección nunca
había encabezado un cuerpo técnico. En ese momento el hombre estaba en su auto;
lo estacionó y reflexionó la idea. “El piensa todo, es un estratega. Es muy
pensante y llega a la verdad sin gritar”, le describe a PERFIL Gugnali,
colaborador de quien debutó como DT a los 54 años. Su conclusión fue que “el
tren pasa una sola vez” y que, si Estudiantes lo llamaba, era porque necesitaba
de él. Fue a su casa, le contó a su mujer y salió para el club. De ladero de
Daniel Passarella (lo secundó en River, Parma, Monterrey, Corinthians y las
selecciones argentina y uruguaya), Sabella firmaba su pasaporte al mundo. En
efecto, su meteórica carrera le valió ganar la primera Copa Libertadores que
disputó como entrenador y le ató los pies al Barcelona en la final del Mundial
de Clubes, en diciembre de 2009.
Dos perlas de un currículum
que se encuadran en lo que Ernesto Cherquis Bialo, el vocero de AFA, comunicó
el lunes pasado sobre lo pretendido del reemplazante de Sergio Batista: “El
perfil que están buscando los dirigentes es el de una persona con identidad,
con títulos, cuya presencia y posicionamiento sean debidamente respetados, que
el jugador confíe en él, que tenga palmarés suficiente y que haya pasado por
experiencias de altísimo nivel competitivo”, detalló.
Gugnali remarca con
énfasis el día que Messi y compañía perdieron su esencia por la táctica de
Sabella: “Me impresionó cómo ideó el partido contra Barcelona; redujo al mejor
del mundo a ser un equipo cualquiera. Vi a Guardiola desesperado, pidiéndoles a
sus jugadores que tiraran centros para empatar”.
Enseñar, la obligación.
Si bien tiene como premisa el resultado, para Sabella ganar es una
consecuencia. Su contenido reviste un costado docente. Preparado para el
estudio, el hombre que habla cuatro idiomas dejó Abogacía en la UBA cuando
debutó en Primera; el fútbol lo obsesionaba.
Así, consecuente con sus
propias búsquedas, reacomodó su estilo. “Creo que yo era derecho y como jugaba
de 10 y casi todos los 10 eran zurdos, empecé a patear de zurda todos los días
y quedé zurdo”, ejemplifica.
Padre de cuatro hijos
(dos con su actual pareja, dos con la anterior), elige refugiarse en su casa;
también su lugar de trabajo. “El piensa en el fútbol las 24 horas”, exagera
Gugnali.
Sobre su rol de
entrenador, el ex DT de Estudiantes contó: “Tenía ganas de dirigir, sobre todo
por mi vocación pedagógica”. Ahora asumirá el desafio de tener que aportar sus
conocimientos a los mejores futbolistas argentinos.
El gen Bilardo. A pesar
de surgir en River, su formación está vinculada con la escuela de Estudiantes.
Como marca histórica, Sabella fue campeón bajo la conducción del ahora ex
director de Selecciones Nacionales, en 1982. De él, entre otras cuestiones,
absorbió las cábalas. “Es muy racional y pensante, pero con ese tema es
especial”, reconoce Braña.
Su ex técnico preferido,
precisamente, fue quien recomendó a Pachorra ante Julio Grondona. Ese apodo se
lo puso durante el Sudamericano juvenil de Chile 1974 Marcelo Araujo, uno de
los periodistas más identificados con Bilardo. Casualmente.
Marcelo Rodriguez
Perfil.com
RECOPLILACION FUTBOL EN
DESARROLLO
2 comentarios:
Mario Serpente Barbaro ! Es que la vida ademas de ser dura, nos pone a prueba en distintos momentos, para enseñar todo lo que sabemos y aprender en ese tiempo con gente que tambien sufrio tan solo por ser un verdadero grupo !
Como jugador y tecnico Sabela es un profesional equilibrado. Mi gran temor son los resultados, en Argentina, si no gana no tenes tiempo. La gente, el periodismo, los dirigentes y los opinologos no le oportunidades, empiezan (no se habran equivocado, el nombre de otros tecnicos y la trayectoria etc. Ojala que por Sabela vengan pronto los triunfos y asi podra trabajar a largo plazo, porque es una persona muy respetada y querida.
Posted by Horacio A. Pisoni
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