I.
ADIOS, MISTER
Me
pongo las botas y salto al campo, recorro los escasos metros que hay desde los
vestuarios hasta el césped con la mirada pérdida y las ideas muy claras. Allí
esperaré a mis jugadores, que irán llegando uno a uno para explicarles la
decisión que lleva tiempo rondándome la cabeza. Van saliendo en
cuentagotas del vestuario con los rostros más serios que de costumbre y
concentrados como si de una final se tratase…
Una cualidad muy apreciada y realmente complicada es la de ser capaz
de rodearte de aquellas personas que te ayuden a mejorar día a día y el
fútbol no iba a ser una excepción.
Se trata de un deporte en equipo tanto dentro del campo como fuera de él.
Al inicio del partido, los jugadores harán un circulo en el que se conjuran
para conseguir la victoria, aunque detrás de esta piña se esconden horas y
horas de trabajo por parte del cuerpo técnico, durante la semana, para que su
equipo tenga la confianza necesaria para afrontar el reto que se les presenta.
Entrenar a nivel profesional exige un esfuerzo mental y emocional muy alto
ya que la presión a la que está sometido el líder del grupo es muy fuerte y,
además, la competición no te permite disfrutar de la profesión al 100% porque
el sabor de la victoria desaparece al instante.
Al igual que las plantillas deben ser renovadas anualmente para mantener su
espíritu competitivo, los entrenadores también deben hacerlo. En ocasiones,
simplemente con un cambio de fichas es suficiente; en otras es necesario
reinventarse para encontrar nuevas motivaciones o incluso optar por la decisión
de abandonar el equipo.
¿QUIÉN DEBE SER EL RELEVO?
La última es una opción que parece sorprendente ya que en el fútbol actual
abundan las destituciones y nadie recuerda cuál fue el último entrenador que
acabó su contrato, pero también sucede y ésta es la más dolorosa ya que nadie
desea abandonar, pero nadie mejor que uno mismo conoce sus límites.
Un factor determinante es que, con el paso de las temporadas, los vínculos
se hacen más fuertes entre el líder del grupo y los jugadores, convirtiéndose
lo que en un principio podría parecer una ventaja en un problema, ya que el
apartado sentimental toma ventaja sobre el profesional.
Una vez el cambio aparece como única solución, ¿Quién debe ser el relevo?
En ese momento comenzarán a sonar candidatos para ocupar el puesto que
queda vacante, no contemplando que, a lo mejor, la solución está en casa.
El entrenador ha tenido todos esos años un escudero ejemplar que ha
compartido con él todo su trabajo, dudas, alegrías, tristezas; en definitiva,
le ha ayudado a construir las claves del éxito y, por lo tanto, ha sido
participe de él.
Trabajar en la sombra no es sencillo ya que el reconocimiento de puertas
afuera recae en una única persona, pero si eliges correctamente la persona que
se lleva los halagos tu triunfo está asegurado.
Además, se da la circunstancia que el apetito que ha podido perder el
primer entrenador debido a la presión, permanece intacto en su ayudante ya que
siempre ha estado en un segundo plano, aprendiendo del maestro.
El proyecto, de esta forma, se asegura una continuidad y que una idea que
ha funcionado no muera o caiga en el olvido con la aparición de un nuevo
estratega que no conozca las interioridades del club ni de la plantilla.
La desilusión de la plantilla y la tristeza puede verse reducida si la
persona que los liderará la próxima temporada es conocida y, además, por todos
es sabido que tiene la capacidad de dirigirles.
La decisión más difícil llega a continuación: abandono junto a la persona
con la que inicié el proyecto o decido emprender la aventura por mi cuenta, con
la ventaja que podré contar con la ayuda, aunque desde la distancia, del
maestro que un día me enseñó el camino y que ahora me deja para poder iniciar
en solitario el reto con un conocimiento mayor del jamás esperado.
Una vez aceptada la propuesta, el tiempo será el encargado de determinar si
la decisión tomada ha sido la correcta, aunque lo que sí que parece evidente es
que la cantera de entrenadores ya está creada.
Una vez finalizadas mis
explicaciones, a las que apenas prestan atención todavía conmocionados por el
impacto de mi marcha, tengo para todos mis jugadores un último mensaje: “Él es mi sustituto y está preparado”. Los jugadores
empiezan a levantar la cabeza del suelo y, sin dudarlo, el capitán alza la voz
para decir: “Gracias Míster”.
En un
club acostumbrado a la gestión personalista, de pronto una lección de liderazgo
colectivo. Un Barça casi siempre dirigido como finca particular y desde las
emociones. Histriónico, demagógico, populista, atemorizado, ambivalente… Casi
cualquier adjetivo le cuadraría a la gestión del club en los últimos cuarenta
años, salvando momentos y excepciones. Acostumbrado a sepultar a sus ídolos sin
la menor deferencia, a envanecerse de lo superficial, a emplear la
grandilocuencia o el victimismo a partes iguales, a decidir en función del
ventilador externo, siempre agitado desde revanchas y vendettas, el Barça parecía enfrentar la gestión de
esta crisis -porque el adiós de Guardiola es una crisis en toda regla; normal y
necesaria, pero una crisis- como siempre: con el estercolero habitual
ejerciendo de maestro de ceremonias en busca de nuevos éxitos en su inevitable
camino hacia el infierno.
Y lo que
ha surgido de ahí ha sido una lección de liderazgo colectivo. Del entrenador al
presidente pasando por el director deportivo, cerebro privilegiado. En estos
tiempos de prisas, ruido, furias, destemplanzas y tensión, Zubizarreta,
Guardiola y Rosell tomaron la senda de la pausa y los fundamentos. En momentos
de zozobra, back to basics. Y el basics es la idea. Incluso alguien tan poco
cruyffista como Sandro Rosell ha apostado por la idea nuclear del fútbol del
Barça. Polos opuestos en formación y creencias, Guardiola y el presidente han
encontrado en Zubizarreta, capitán del Dream Team, sacrificado en el altar
cruento de Atenas, el punto intermedio de todos los caminos, el cruce de la
historia con el presente, del futuro con los antecedentes.
Desde la visión panorámica, el club decidió enfrentar la crisis con una
decisión sencilla e inevitable basada en los tres ejes sobre los que se
gestiona: un modelo de juego, un método formativo y una vocación de crecimiento
interno. La decisión confluye en un hijo de La Masia, que mamó de Cruyff y
Rexach, dirigió a los mejores cadetes de la historia, aprendió otras culturas
futbolísticas fuera del Barça, regresó con Guardiola en un momento de crisis y
construyó a su lado un equipo inolvidable.
Visto así, la decisión se antoja inevitable. Si ha sorprendido es porque el
Barça siempre fue lo que he dicho: un club de gestión emocional, alejado de
liderazgo tranquilo y meditado. Mientras los ventiladores tradicionales rugían
a plena potencia, exigiendo sangre, repartiendo mezquindad y reclamando
fichajes, los gestores del club decidieron que la mejor decisión era aplicar
aquello que venían predicando. Apostar por el modelo de juego, reforzar el
método formativo y elegir a otro hijo de la casa. Es decir, la idea.
En el porvenir inmediato, el Barça volverá a vivir éxitos y también
fracasos, pero hoy ha conseguido algo inaudito en la historia de su gestión
como club: ejercer un liderazgo inteligente, sobrio y coherente.
Durante
cuatro temporadas, además de ganar títulos (13 de 18 más la opción de la
próxima Copa del Rey), el Pep Team ha dejado dos grandes señas de identidad:
primero, una interpretación muy ortodoxa y firme del juego posicional hasta
convertirlo en un sello futbolístico; y segundo, una dinámica intensa de
creación de variantes tácticas al sistema central de juego.
La
reconversión de Leo Messi en falso 9, pasando de convertir una docena de goles
por temporada a registros que ya superan los 60 este curso; el doble papel de
los extremos; la defensa de 3 e incluso de 2 más allá del círculo central; la
utilización hasta de 7 centrocampistas; muestras todas ellas de un cuerpo
técnico en busca de evoluciones constantes para evitar el estancamiento. La
contratación de Cesc Fàbregas para iniciar el largo proceso de perpetuación de
la especie, driblando el darwinismo inevitable respecto de la figura de Xavi; o
el ascenso prudente pero incesante de canteranos al primer equipo, son otras
muestras de las ideas actuales del Barça.
Posiblemente nadie
dentro del club sabe exponerlo como Andoni Zubizarreta, director deportivo.
Estas son sus ideas principales al respecto de dichas evoluciones, extraídas de
una extensa conversación, a finales de 2010, a raíz del libro “Senda de Campeones”.
·
GESTIONAR EL MIEDO
“Si
no hay buenos ascensoristas, el proceso se detiene. Al margen del modelo en sí,
esto depende de nuestra capacidad de gestionar nuestros propios miedos y
también en eso podemos ser rehenes de nuestro éxito. Para poder mantener el
maravilloso nivel de ahora, si la generación que viene apretando cumple un poco
menos las expectativas y acabamos yendo al mercado y traemos a otros, en el
fondo estaremos equivocándonos. También es cierto que debemos medir bien los
ingredientes: un poco más o un poco menos de sal y el guiso es distinto. Desde
la presidencia hasta abajo creo que todos debemos pensar como Pep: que un día
juega Fontàs, pues ya está. ¿Qué la plantilla es corta? Pues vamos a la
semifinal de la Champions con los que estén bien y jugarán bien seguro. ¿Por
qué? Porque conocen el club, saben cómo se juega, están implicados en esta
historia. Otra cosa sería mantener eso durante diez meses, pero el éxito
dependerá de la capacidad que tengamos de gestionar nuestro miedo”.
·
EVOLUCIONAR, EVOLUCIONAR…
“Hay
una primera cuestión: ¿Qué Xavi queremos replicar, el que tenía el guión del 4
como herencia o el actual? Mi idea sería que debemos pensar que dentro de diez
años vamos a seguir jugando igual de maravillosamente bien, pero no como
jugamos ahora. Tendremos otras cosas”.
“No
siempre tendremos el talento, desde el punto de vista de la construcción del
juego de la pared, de las tres posiciones, de la interpretación del juego en el
ámbito colectivo, que nos da Xavi y habrá algún momento en que le perdamos. Y
tenemos que ir pensando en que vamos a seguir jugando igual de maravillosamente
bien, pero con otro estilo de juego. Manteniendo nuestro ADN, nuestra forma, el
concepto a partir del balón, el juego vistoso y espectacular, pero tendrá
cambios y matices. Igual es sin extremos, con dos dentro, con tres fuera,
jugamos con tres-rombo-tres como el Dream Team; o como ahora con cuatro en
medio, pero que no son cuatro sino cinco… Será un proceso evolutivo y tenemos
que esforzarnos en prever esa evolución para que dentro de unos años intuyamos
dónde vamos a estar. En este momento tenemos una enorme ventaja competitiva con
respecto a los demás, pero hemos de evolucionar”.
·
NO BUSCARÍA CLONES
“Quizás el Xavi del
futuro es un perfil que no imaginamos. Piensa que nunca habíamos tenido un 4
con el perfil físico de Busquets: Milla, Pep, Amor, Xavi no tienen ningún
parecido físico a Busquets, que es especialmente grande. Fíjate en Puyol y
Piqué. Con Puyol tenemos mucha velocidad y con Piqué mucha salida de balón. Son
procesos evolucionados que se han ido desarrollando. No buscaría clones de los
jugadores actuales. Porque no existen y porque sé que ponerles esas etiquetas
de que ‘serás el nuevo Xavi’, como antes se decía ‘serás el nuevo Guardiola’, eso no es realista. No soy
partidario de clonar jugadores ni de buscar en el mercado jugadores exactamente
iguales a otros que tenemos o hemos tenido, entre otras cosas porque tenemos
futbolistas muy excepcionales. Más bien buscaría jugadores que nos den muchas
opciones dentro de nuestro juego. Por eso digo que la polivalencia es muy
importante. Está claro que tenemos a nuestro público educado en una línea y eso
nos hace diferentes y no nos vamos a mover de nuestro estilo”.
“Puede haber quien
entienda de mis palabras que voy a cambiar el sistema y voy a transgredir el
modelo de juego; que ahora vamos a jugar a otra cosa. No, simplemente debemos
comprender que Laudrup ya jugaba de falso 9, pero Laudrup no es Messi y ambos
juegan de falsos nueves y son excelentes pasadores y proveedores de los
compañeros y obligan a los centrales contrarios a salir y crean espacio detrás.
Pero si hubiésemos querido clonar a Laudrup no hubiese salido Messi. Si
hubiésemos querido copiar exactamente a Laudrup quizás ahora tendríamos a
Iniesta jugando de falso 9, pero en su momento se prefirió evolucionar y se
probó a Messi en el puesto y no sólo hace lo de Laudrup, sino que te marca
cuarenta goles por año”. (Nota: este curso ya son más de
60).
MISMA PARTITURA, OTRA INTEPRETACIÓN.
“Es
un proceso evolucionado desde un punto de partida. Pero cuando hablo de eso
quizás me miren raro y digan que debemos buscar al nuevo Xavi. Y yo les digo
que no. No porque sí, sino porque no hay otro Xavi. Si mantenemos la capacidad
de interpretar el juego de una forma totalmente diferente del resto, si
seguimos tocando la música con otra partitura, que es nuestra identidad porque
los contrarios no saben leer esa partitura y se interrogan sobre el tipo de
sinfonía que están escuchando… Y después dicen que a nosotros no nos dan
patadas y que los rivales no compiten y la realidad no es esa: la realidad es
que ha ocurrido en el campo una cosa que no han comprendido, no han entendido
de qué iba nuestra partitura. Nosotros hemos de seguir manteniendo la partitura
y tener los jugadores capaces de interpretarla. ¿Cuáles serán esos jugadores?
Bueno, los que hay ahora por aquí nos dan pistas bastante buenas para saber
cómo será la partitura dentro de unos años…”.
Pep Guardiola es lo opuesto de lo que aparentó. Es pragmático en lugar de
filosófico (en el sentido peyorativo que se le quiere dar a este concepto). Es
entrenador mucho más que líder. Si aparentó otros roles fue porque el club lo
precisaba, vacío de jerarquía moral algunas veces, ausente de pulso en otras,
casi siempre vencido por una realidad que parecía superarle como institución.
Guardiola ha sido líder a su pesar y la afición menos intoxicada así lo
comprendió. Nadie le eligió para dicho liderazgo: las circunstancias
institucionales le empujaron al centro de la escena y él no rechazó las
responsabilidades. Se ganó el liderazgo y no exclusivamente a base de títulos y
juego, sino por su comportamiento en las buenas y en las malas, en los aciertos
y también en sus días de errores, hasta el punto que muchos resabiados
anunciaron que todo era fachada y que solo le conoceríamos de verdad en la
derrota, algo que hemos podido comprobar por duplicado en los últimos días. Sí,
ese es su auténtico rostro: líder y deportista.
El
barcelonismo de ventilador, agazapado durante años tras el oropel de las
victorias, se desató con su ristra de interpretaciones venenosas. Nada nuevo.
Son décadas de persistencia en el empeño. Probablemente, nada más risible que
esa atribución de falta de carácter a un entrenador que, en su primer día,
decidió prescindir de Ronaldinho y Deco; más tarde de Eto’o e Ibrahimovic,
incluso asumiendo la carga del error que esto último conllevaba; que sentó a
quien le pareció aunque se llamara Thierry Henry; que jugó los partidos más
arriesgados con infantes si le parecía adecuado; y que continúa mostrando en su
currículo el dudoso récord de jugador barcelonista más expulsado de la
historia, por cierto siempre a causa de su carácter fuerte y no precisamente
por dar patadas.
Llegó por pasión y se va porque se ha quedado vacío. No hay más, aunque las
necesidades del estercolero social intentarán encontrar cualquier indicio de
excremento que permita parir una montaña donde había un ratón. Vacío. Sin más.
El barcelonismo vestirá su duelo con el rigor de una pérdida sonada, pero
con el alivio de que la continuidad en el modelo no es palabrería, sino un
hecho tangible e irreversible. Seguirá teniendo éxito o no, pero será el mismo
camino emprendido hace décadas.
Duelo por
un entrenador mágico y un líder involuntario. El balón, lo único auténticamente
imprescindible en el fútbol, ha perdido momentáneamente un amigo, que seguro
reencontrará en cuanto Guardiola rellene el depósito vital. El duelo
barcelonista es por Pep, pero todavía no por el Pep Team, equipo adolescente
pese a tanto vaticinio.
V.
TITO, HERMANO
DE PEP.
Dirán que es hijo de Pep, pero en realidad es su hermano. En el Barça
histórico hay dos hilos conductores que, partiendo de distintos orígenes, han
confluido en un mismo heredero: Pep Guardiola. Y que ahora desembocan en Tito.
El primer
hilo se refiere al concepto de cantera que ha construido el club. El hilo se
resume en tres figuras: Laureano Ruiz, Johan Cruyff y Pep Guardiola. Es un
resumen esquemático e incompleto, pues ahí deberíamos añadir por lo menos otra
docena de nombres fundamentales, pero es un resumen: Laureano es el abuelo,
Johan es el padre y Pep es el hereu, el heredero.
En los años 70, Laureano Ruiz plantó unas semillas conceptuales; en los 90,
Cruyff decretó la implantación masiva de ideas similares; y Guardiola ha sido
el gran recolector, el ascensorista de los canteranos. Insisto: entre ellos,
docenas de entrenadores, maestros, directivos y gestores que han resultado
fundamentales para comprender el fenómeno. Pero el hilo tiene estas tres
figuras sobresalientes.
El
segundo hilo se refiere al modelo de juego del club. Dicho hilo se inicia en
Rinus Michels, prosigue en Cruyff, se perfecciona con Louis Van Gaal, adquiere
consistencia con Frank Rijkaard y estalla en su máximo rendimiento con
Guardiola. También resulta excesivamente esquemático resumir en cinco técnicos
(cuatro de ellos holandeses) la historia del modelo del juego de posición,
pero es un modo de expresarlo.
Ambos hilos han transitado, en estos cuarenta años, por caminos a veces
paralelos y, en otras ocasiones, por sendas divergentes. Cruyff los unió y
también Van Gaal. Otros, simplemente, vivieron ajenos al intento de que
confluyeran. Gente como Rexach siempre peleó por unirlos. Rexach fue entrenador
de Pep Guardiola y Tito Vilanova. Fue quien les aportó calma a unos espíritus
agitados e inquietos. Quien les explicó en qué consistía la Paradoja de las
Judías Secas y cómo debían respirar hondo y dejar serenar las piezas antes de
tomar decisiones.
Tito es
hijo de la cantera del Barça. No llegó al primer equipo por culpa de sus prisas
juveniles: “Cuando me tocó renovar como jugador, les dije a Charly y a Cruyff
que solo quería estar dos años en el Barça B. Tenía 21 años y les dije que si
no subía al primer equipo en dos temporadas, me iba. Con el paso de los años,
he visto que me equivoqué porque mi estilo de juego se adaptaba como un guante al
estilo del Barça y, en cambio, cuando fui a otros equipos no me resultó fácil
adaptarme a otro estilo de juego. Quizás tampoco hubiera triunfado en el Barça
grande, pero me fui demasiado pronto. No era necesario marcharme con solo 21
años . Esta experiencia personal la tengo muy clara y si los chicos me quieren
hacer caso les diría que no tengan prisa porque, si lo que quieren es jugar en
Primera División, ya tendrán tiempo. Si no es con 21 años, será con 23, pero
por el camino habrán perdido la posibilidad de jugar en el primer equipo del
Barça”.
Tito Vilanova se arrepiente de aquel arrebato y es el autor intelectual de
la actual política de pausa en el ascenso de los canteranos. Que suban al
primer equipo, pero no para ser lanzados al escenario (como ocurrió con Bojan),
sino para aprender junto a los mayores. Para hacer un master gradual, para
pasar de aprendices a expertos sin prisa.
El futuro entrenador del Barça es terriblemente exigente. Su aportación va bastante más allá de las jugadas de estrategia a balón parado o la coordinación del cuerpo técnico. Ha sido los ojos de Guardiola hacia toda la cantera, donde tiene un hijo, Adrià, militando como defensa central en el Cadete B: “Como padre, el club me dijo lo mismo que le dijeron a los míos cuando yo entré como jugador: prepara a tu hijo para el momento en que deje de ser jugador del Barça porque lo más probable es que no llegue al primer equipo. Es duro escucharlo, pero es muy positivo”.
El futuro entrenador del Barça es terriblemente exigente. Su aportación va bastante más allá de las jugadas de estrategia a balón parado o la coordinación del cuerpo técnico. Ha sido los ojos de Guardiola hacia toda la cantera, donde tiene un hijo, Adrià, militando como defensa central en el Cadete B: “Como padre, el club me dijo lo mismo que le dijeron a los míos cuando yo entré como jugador: prepara a tu hijo para el momento en que deje de ser jugador del Barça porque lo más probable es que no llegue al primer equipo. Es duro escucharlo, pero es muy positivo”.
Tito Vilanova dirigió el Cadete B que arrasaba por donde pisaba. El de
Messi, Cesc y Piqué. Un equipo invencible. Diez años después volverá a
dirigirlos.
VII.
TITO TIENE LAS LLAVES DEL ASCENSOR.
“Ahora
no podemos cagarla”.
Así de claro. Se refería a la sensación casi vertiginosa de que era ahora o nunca. De que La Masia era un volcán imparable de energéticos chavales que pedían paso. Y que no se debía taponar el volcán con fichajes equívocos. Que ya se había equivocado (lo reconocía, sin temor) y que ahora era el momento de los chavales. No para que ocupasen las primeras posiciones de la trinchera; no para ser titulares. Sino que era el momento de construir la plataforma definitiva, de engrasar el ascensor al Camp Nou para que los hijos del volcán no se perdieran por el camino. Perpetuar la especie, filtrar el inevitable darwinismo. Era Pep en estado puro diciendo que esta era la hora, el momento clave para el club porque quién sabe lo que ocurriría el día en que todo soplara en contra.
Así de claro. Se refería a la sensación casi vertiginosa de que era ahora o nunca. De que La Masia era un volcán imparable de energéticos chavales que pedían paso. Y que no se debía taponar el volcán con fichajes equívocos. Que ya se había equivocado (lo reconocía, sin temor) y que ahora era el momento de los chavales. No para que ocupasen las primeras posiciones de la trinchera; no para ser titulares. Sino que era el momento de construir la plataforma definitiva, de engrasar el ascensor al Camp Nou para que los hijos del volcán no se perdieran por el camino. Perpetuar la especie, filtrar el inevitable darwinismo. Era Pep en estado puro diciendo que esta era la hora, el momento clave para el club porque quién sabe lo que ocurriría el día en que todo soplara en contra.
Y llegó ese día, el de las derrotas y el adiós y resultó que el ascensor no
solo seguía funcionando, sino que al segundo ascensorista le dieron galones de
capitán para redoblar la apuesta volcánica. Tito ya tiene la llave del ascensor
y no es un cualquiera. Es otro hijo de La Masia y al mismo tiempo, padre de
canterano. A él tampoco hay que convencerle de las bondades del volcán. Lo
conoce al milímetro: sabe de sus virtudes y defectos; conoce a los técnicos de
abajo, a los niños prodigio, a los remolones y a los Busquets del futuro.
Cuando Messi era un enano, Tito ya estuvo a su lado, como Cesc y Piqué. Cuando
hubo que diseñar un plan en tres fases para cada chaval del Barça B, Pep miró a
Tito y éste dibujó plazos, procesos y modos de evaluar el rendimiento.
Con los
críos aprendió que formar y competir son dos formas de expresar lo mismo: el
deseo de ganar. Con los mayores comprendió que no hay mejor mezcla que la
mezcla de sangres, de ahí su pasión por juntar a muchos de casa con unos pocos
elegidos de fuera. Pocas veces el ascensor del Camp Nou habrá estado en mejores
manos, pues si Pep se demostró más cruyffista que
Cruyff, muy probablemente Tito será más guardiolista que
el propio Guardiola. Su primer triunfo es que el club haya decidido no
apartarse del camino iniciado.
VIII. TITO VILANOVA, UN
JUGON DE LA MASIA.
En las últimas horas estamos leyendo multitud de perfiles del nuevo primer
entrenador del FC Barcelona, Tito Vilanova. Artículos profundos sobre sus
innegables capacidades profesionales y personales para hacerse con el rumbo de
la nave blaugrana. En las siguientes líneas me gustaría hablar del anterior
Vilanova, de la etapa en la que fue jugador de La Masía y en la que tenía la
ilusión de llegar a jugar en el primer equipo.
Vilanova
era un chico larguirucho, de apariencia apocada y que disimulaba la timidez
propia de la adolescencia con una pelambrera mod muy
llamativa. Como jugador era un volante central pausado, con una excelente
calidad técnica y capacidad para distribuir el juego. Solía jugar por delante
del mediocentro y destacaba por su facilidad para manejar la bola con la cabeza
levantada y por una madurez impropia de la edad. Tito fue quemando etapas en la
cantera blaugrana hasta llegar al juvenil que dirigía Charly Rexach en 1985.
FINALES
EN LAS GAUNAS
Aquel juvenil barcelonista es uno de los más recordados de la historia culé
por el fútbol ofensivo que desplegaba y porque en él se formaron varios
jugadores que pocos años después iban a formar parte del Dream Team de Johan
Cruyff. Aquel equipo estaba liderado en el campo por Guillermo Amor, Sergi
López y Jordi Roura pero quien estaba en la sala de máquinas era Tito. Dos
encuentros marcaron la trayectoria de aquel gran juvenil de Charly; dos finales
de Copa del Rey consecutivas disputadas en 1986 y 1987 ante el Real Madrid y
Athletíc de Bilbao respectivamente. Ambas se disputaron en Logroño y yo, un
niño apasionado por el fútbol que vivía en la capital riojana, tuve la suerte
de que mi padre me llevara a ver ambas.
En la primera, el Barça endosó un 6-3 al Real Madrid en un encuentro fantástico y de imborrable recuerdo en Las Gaunas. El Real Madrid que dirigía Toni Grande tenía una enorme generación con futbolistas como Caminero, Aragón, Sebastián Losada o Vílchez. Sin embargo, se vieron a merced de un juvenil azulgrana que fue una máquina de generar fútbol. Los titulares del día siguiente eran para Ramón, el magnífico ariete que apuntaba como estrella y que logró un hat-trick. Se pedía que tuviera ya una oportunidad en el primer equipo y se le veía como el sucesor de Archibald. Sin embargo, el héroe en la sombra de aquel partido fue el número 7, un chico llamado Vilanova, que había controlado el tempo del partido a su antojo y que se permitió dar cuatro asistencias de gol. Seguro que el bueno de Nicolau Casaus, con su puro en el palco, tomó buena nota de aquel imberbe de 16 años.
En la primera, el Barça endosó un 6-3 al Real Madrid en un encuentro fantástico y de imborrable recuerdo en Las Gaunas. El Real Madrid que dirigía Toni Grande tenía una enorme generación con futbolistas como Caminero, Aragón, Sebastián Losada o Vílchez. Sin embargo, se vieron a merced de un juvenil azulgrana que fue una máquina de generar fútbol. Los titulares del día siguiente eran para Ramón, el magnífico ariete que apuntaba como estrella y que logró un hat-trick. Se pedía que tuviera ya una oportunidad en el primer equipo y se le veía como el sucesor de Archibald. Sin embargo, el héroe en la sombra de aquel partido fue el número 7, un chico llamado Vilanova, que había controlado el tempo del partido a su antojo y que se permitió dar cuatro asistencias de gol. Seguro que el bueno de Nicolau Casaus, con su puro en el palco, tomó buena nota de aquel imberbe de 16 años.
Un año
después, el mismo escenario y la misma final pero con un rival diferente, el
Athlétic Club de Nico Estéfano. 12.000 espectadores en Las Gaunas, cifra
extraordinaria para una final juvenil. Los cachorros llegaban con tres
jugadores que apuntaban a ser leones de inmediato: Alkorta (jugando de
mediocentro), Garitano y Mendiguren. El Barça presentaba un equipo muy similar
al del año anterior con la incorporación de Chapi Ferrer,
que había relevado al licenciado Cristóbal. El encuentro fue de poder a poder,
muy cerrado. El Barça perdía 1-0 a falta de diez minutos. Guillermo Amor puso
la igualada al transformar un penalti. Cuando apenas quedaban dos minutos para
el final surgió la figura del 7, Vilanova, que de preciso disparo batía a
Lobato y daba el título al equipo blaugrana. “El Mundo Deportivo”
del día siguiente le dio la máxima puntuación posible, un 6. El juvenil del
Barça lograba su segunda Copa del Rey consecutiva y lograba la hegemonía del
fútbol de cantera español.
Parecía
que muchos jugadores de aquella generación estaban predestinados a jugar en el
primer equipo. Tito era uno de ellos sin duda. Llegó al Barça Atlètic que
dirigía Lluis Pujol en 1988. El equipo estaba en Segunda División, pero las
cosas no fueron bien y terminaron descendiendo de categoría. Vilanova fue
perdiendo protagonismo en aquel equipo a medida que pasaba la temporada en
favor de Danny Muller, el yernísimo de Johan Cruyff, y de Raigón, un chico más
experimentado. El de Bellcaire llegó a jugar 3 partidos amistosos con el primer
equipo blaugrana a las órdenes del Flaco pero
jamás alcanzó a debutar en encuentro oficial. Terminó marchándose al Figueres,
en el que se rencontró con su fútbol e impartió doctrina futbolística a las
órdenes de Jorge D´Alessandro. Siguió demostrando cerebro y toque en el Celta,
Badajoz, Mallorca, Lleida, Elche y en la Gramanet, en la que se retiró en 2002.
A partir de ese día se empezó a forjar el Tito entrenador que ha terminado por
ser el heredero de su íntimo amigo Pep en el banquillo barcelonista. Pero esa
historia ya la han contado otros mejor que yo…
Bibliografia:
* Ángel
Iturriaga Barco es Doctor en Historia y miembro
del GIHNT (Grupo de Investigación de Historia de Nuestro Tiempo). Autor de ‘Diccionario de Jugadores del FC Barcelona’ y
‘Diccionario de Técnicos y Directivos del FC Barcelona’. En
Twitter: @anituarco
* Gracias
a José Hernández, @rainerbonhof, por su ayuda documental.
* Publicado en El Periódico (28-IV-2012)
MARTI
PERARNAU - Foto: Miguel Ruiz (FC Barcelona).
- BLOG MARTI
PERARNAU Fotos: Miguel Ruiz (FC Barcelona)
- BLOG
MARTI PERARNAU Fotos: Miguel Ruiz (FC Barcelona)
- Jordi
Cotrina (El Periódico) Fotos:
Miguel Ruiz (FC Barcelona)
- MARTI PERARNAU Publicado en Sport
(28-IV-2012)
- Foto: Valentí Enrich (Sport)
*
Enrique Durán es Director Técnico de fútbol base
de los Mamelodi Sundowns de Sudáfrica. Anteriormente fue Coordinador de la FCB
Escola. En Twitter: e_duran_diaz
- Fotos: Miguel Ruiz (FC Barcelona)
RECOPILACION
FUTBOL FORMATIVO
5 comentarios:
PARA MANTENER ESTE ESTILO - HAY QUE MANTENER LA IDIOSINCRASIA DEL CLUB - ES LA DECISIÓN CORRECTA - EL BARCELONA MANTIENE UNA ESTRUCTURA DE JUEGO EN SU CANTERA CON LA CUAL SUS JUGADORES LOCALES LLEGAN A 1ERA DIVISIÓN -JUGANDO EL MISMO FÚTBOL - UN DT FUERA DE ESA REALIDAD PUEDE APORTAR - PERO NO SUMAR A LA CONTINUIDAD DE ESTE ESTILO TAN EXITOSO DE LOS ÚLTIMOS AÑOS - ELIGIERON A LA PERFECCIÓN - ALGUIEN QUE ESTUVO EN LA COCINA EN EL CORRER DE TANTA GLORIA
Posted by Pablo Pacheco
Me parece que la designación de Tito Vilanova es acertada ya que de esta manera continuara una línea de trabajo similar a la que tenia Guardiola, a lo mejor existan algunos cambios pero en cuanto a la mentalidad de juego y forma de trabajo creo que será la misma.
Saludos.
Posted by Jorge Eduardo Rojas
Totalmente de acuerdo. Se ha puesto por encima una línea de trabajo, un continuidad con una metodología exitosa, que un nombre de un técnico afamado.
Posted by Xanti PABLO GARCIANDIA
No creeis que la contratación de Guardiola fue debida a la negativa de otros entrenadores que se propusieron en su momento, y a la carencia económica del club por aquel entonces para hacer frente a fichas importantes para entrenador??
La continuidad del proyecto ahora con Tito Vilanova, no os parece también que es la solución más sencilla para la Directiva?. A pesar de que no les gusta el modelo, le dan continuidad, para que en el caso de fallo del mismo, puedan hacer entrar a "su cuerpo técnico". entendiendo por su cuerpo tecnico personas con más años de experiencia, procedentes del futbol brasileño.
A pesar de todo, creo que gracias a lo que sea, el FCB, desde la salida del Sr. Gaspart y posterior presidencia temporal del Sr. Reyna, lleva unos años exquisitos, de forma de juego pero sobretodo de comportamiento como equipo, dentro y fuera del campo.
Por tanto, adelante con la misma filosofía. SI ALGO FUNCIONA, Y BIEN, PARA QUE HEMOS DE CAMBIAR¡¡¡¡¡
Posted by Jose Antonio Edo Catalan
Recuerda que Guardiola ascendió al Barcelona B a segunda división además de que es un hombre de la casa que conoce el club, obviamente como en todo me imagino que tenían otras opciones para el cargo de técnico del Barcelona pero en su momento se decidieron por alguien que conoce el club y todo su funcionamiento. En cuanto a la designación de Tito Vilanova me parece que es lo mas acertado y sensato ya que no es solo por el estilo de juego sino que estos jugadores tienen una identificación y un entendimiento tan grande con su cuerpo técnico que nadie mejor que Tito que los conoce y viene trabajando con ellos a la par de Guardiola. Saludos
Posted by Jorge Eduardo Rojas
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