En la primera rueda de prensa que ofreció Tata Martino a su llegada a Barcelona, una de las muchas preguntas que le hicieron fue si se atrevería a jugar alguna vez con el '3-4-3' que puso en liza Pep Guardiola junto a Tito Vilanova. El técnico azulgrana sonrió, contestó con elegancia, pero no dijo lo que debía estar pensando, que él ya utilizaba esa táctica, esa disposición de los jugadores en Newell's. Y, de hecho, luego en el Barça también la ha puesto en práctica en partidos en que Sergio Busquets ha hecho de medio centro, jugador vital también para él, como lo fue Mateo en Rosario.
Curiosamente, otro de los pecados que se le ha echado en cara al Tata Martino es la 'excesiva' utilización de los dos laterales (Alves y Jordi Alba) en tareas ofensivas. Y precisamente eso es lo que les pide su técnico, que jueguen así. Que sin descuidar las marcas, se incorporen al medio campo para crear superioridad numérica y profundicen por la banda en cuanto puedan. Al Tata le gusta que sus dos laterales tengan recorrido ofensivo como en Newell's.
El '3-4-3' de Tata es diferente al de Pep que llegó a colocar a Alves o Adriano de falso extremo, dejando atrás a Puyol, Piqué y quien jugara de lateral zurdo. Martino directamente crea una 'pirámide' abriendo a sus dos centrales (Piqué y Mascherano) y colocando a Busquets por delante de ellos, retrasando su posición. A su vez, los dos laterales se adelantan para formar una línea de cuatro con Xavi e Iniesta o Cesc, cuando juega el de Arenys. Ese peculiar '3-4-3' le garantiza superioridad numérica en la zona ancha del campo y que puede ejercer mejor y con mayor precisión la presión sobre el rival.
En Newell's hacía lo propio con sus defensas. Adelantaba a Cáceres y Casco, mientras que Vergini y Heinze se quedaban atrás, siendo reforzados por Mateo que retrasaba algo su posición en el campo. La línea de centrocampistas quedaba, entonces, configurada por Cáceres, Figueroa, Cruzado y Casco. Martino también gustaba de rotar a sus hombres, pero, sobre todo, eran centrocampistas y atacantes. En defensa, siempre que podía, le gustaba jugar con los mismos cuatro, tal como intenta en el Barça, sin suerte, por las lesiones.
Lo que sucede que parte importante del éxito de ese '3-4-3' reside en la polivalencia y cobertura de campo que hace Busi. Frente al Valladolid, en que jugó Song de medio centro, en la primera mitad funcionó muy bien el camerunés en el juego de ataque, en el pase (no erró ni uno) pero en cambio no supo cubrir bien a sus dos centrales como hace Busquets y en el medio tiempo, Martino debió corregir ese tema. Juntó más las líneas y pidió mayor atención en la presión y en la labor de romper la línea de pase de los castellanos. Los laterales volvieron a su posición e Iniesta entró por Cesc para dar mejor equilibrio y tener más posesión y control del partido.
No deja de ser curioso que Tata Martino, con su propia interpretación lógicamente, sea también un técnico que echa mano del '3-4-3' que cuando lo pusieron en práctica Pep Guardiola y Tito Vilanova hizo que algunos se rasgaran las vestiduras y otros les calificaran de genios. Martino, a lo suyo.
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