Desde que llegó al Inter impuso su propio estilo en todo, desde los entrenamientos, el tipo de juego y las declaraciones ante la prensa. En una cultura como la italiana, cerrada a la influencia extranjera y amante de sus propias costumbres, el portugués representa un completo extraterrestre, un enigma. De ese modo, ha sido criticado desde el inicio por cada decisión tomada, y ha tenido que soportar las palabras prejuiciosas de los tantos escépticos que dudaban de sus capacidades. “The Special One”. Así le dicen en Inglaterra desde que llegó al Chelsea, cuando dijo en una entrevista que no era una persona normal sino especial. Ayer demostró una vez más que no exageraba con sus declaraciones.
Hasta ahora ha probado varios esquemas diferentes de juego. Comenzó con el 4-3-3 que le dio éxitos en el Chelsea, obteniendo buenos resultados en defensa pero poca colaboración ofensiva de los externos de ataque. Luego optó por un 4-2-4 contra un par de rivales débiles para buscar explotar el ataque y de hecho multiplicó su efectividad ofensiva, pero dejó frágil la defensa y obtuvo solo empates con goles.
Finalmente probó con un 4-4-2 en forma de rombo, precisamente el esquema que usó ayer, el que ha permitido mantener equilibrio defensivo y potencia de ataque a la misma vez.
Ustedes se preguntarán, ¿dónde está lo “especial” de todo esto? Suena como si no tuviese idea de qué hacer con el equipo. Pues al contrario. Precisamente la capacidad de analizar el rendimiento de su equipo con diferentes experimentos hasta encontrar la opción más eficiente, obteniendo siempre un resultado positivo y sin perder la punta del campeonato, es esto lo que lo hace especial. Un básico método científico de prueba y error, sin perjudicar la muestra experimental en el proceso.
Mourinho ha aprendido a adaptarse a su entorno para sobrevivir como lo dice la Ley de Darwin. Logró eficazmente explotar las características de plantilla, con el esquema que mejor se adapta a los jugadores a disposición. Y todo esto en medio de polémicas y discusiones con la prensa, colegas entrenadores, y hasta sus propios jugadores.
Luego de la victoria del sábado, muchos en Italia estarán pensando seriamente cambiar su opinión sobre el portugués nacido en Setúbal. Yo en particular estoy disfrutando muchísimo con la presencia de Mou en Italia, al igual que la prensa, porque nunca faltan comentarios, ideas o polémicas para comentar. Por eso agradezco a Roman Abramovic que lo dejó libre, y a Moratti que lo contrató. No hay duda que este campeonato italiano es más interesante que los anteriores, con el nuevo proyecto del Milan y sus tres balones de oro (recordando a van Basten, Gullit y Rijkaard), el renacimiento de la Juve regresando a Europa por la puerta grande, la clase de la Roma de Spalletti y Totti, la explosión argentina en Napoli (recordando a Maradona) y la continuidad de la Fiorentina, todos juntos contra el Internazionale de Mou. Es un campeonato especial.
HERNANDO LOAIZA ANZELLOTTI
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